Vivir en países diferentes, imbuirse de diversos modos de vida y de comunicación, no solo me ha enseñado a apreciar profundamente la belleza y riqueza que se encuentra en la diversidad y la aceptación de la diferencia, sino que también me ha llevado a replantearme continuamente mi propio sentido de pertenencia.
Vivimos en una sociedad donde a menudo la diferencia viene considerada una anormalidad, y fácilmente provoca reacción de defensa, autoprotección derivando en crítica, negación o rechazo. Cuando en realidad todos los seres humanos tienen igual necesidad de pertenecer como de diferenciarse de una forma u otra respecto a “ese algo” que les permite definirse.
La pertenencia es uno de los elementos cruciales de la construcción de la identidad. Nos hace sentir seguros, tranquilos, y protegidos. Al mismo tiempo “ese algo” al que sentimos pertenecer, nos da modelos de referencia para construir nuestra identidad.
El sentir pertenecer a la familia, a la comunidad, a la tradición espiritual, al genero, al propio “sexo”, es ciertamente sin lugar a dudas un punto de apoyo y seguridad, aunque también puede ser un lastre que nos hunde, y ser fuente de profundos conflictos.
Así es como nace: “IDENTIDADES”, un deseo profesional de generar inclusión y aceptación, tanto de las diferencias internas como externas, ya sea, de raza, de nacionalidad, de cultura, de clase social, de genero, de sexo, de femeninidad o masculinidad, etc...
IDENTIDADES en la DIVERSIDAD

La pertenencia es un “sentir” que nos conecta tanto con el orgullo como con la vergüenza, haciéndonos sentir merecedores o no de pertenecer. Y a veces cuando las personas sentimos que nuestra necesidad de pertenencia no esta cubierta, ponemos medios e invertimos recursos importantes para que deje de ser así. Y eso puede alejarnos de nuestra esencia, llegando a sabotear nuestro propósito de vida, desencadenando estados de ansiedad que nos impiden ser espontáneos.
Por el otro lado, como el ser humano tiene igual necesidad de parecerse que de diferenciarse, la pertenencia también puede ser alienante. Cuando, eso que me diferencia del grupo al cual pertenezco (o quiero pertenecer) no es asumido interna o externamente, pueden surgir niveles de autoestima bajos, stress, agresividad o aislamiento, ansiedad o depresión, en pocas palabras, puede surgir dolor del alma.
Si sufres por “vivirte diferente”. Si estas transitando momentos difíciles y sientes que tus referencias están tambaleándose, te preguntas quién eres, estas en conflicto con lo que te hace sentir diferente o con los que te hacen sentir diferente, te ofrezco recorrer un trozo de camino contigo. Entre tu y yo buscaremos descubrir quién y cómo eres. Recompondremos esa brújula interior que te permita orientarte, recuperar tu autoestima, ampliar tu sentido de pertenencia, adquirir tus herramientas de auto-apoyo, y retomar las riendas de tu vida.
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IDENTIDADES en la TRANSCULTURALIDAD
Cambiar de lugar de residencia, de país, aprender un idioma nuevo, sumergirse en una cultura diferente, o formar pareja con alguien cuya cultura es diferente, adaptarse a nuevos hábitos y costumbres, pueden ser elementos enriquecedores que nos empujan a crecer y evolucionar, y ser al mismo tiempo fuente de conflictos internos y externos. Pueden surgir entre otras, sensaciones de caos emocional, pérdida de referencias, inseguridades, actitudes rígidas de preservación de las propias tradiciones y rechazo de la cultura de adopción entre otras, generando sensaciones de frustración, impotencia y soledad que no siempre son fáciles de sostener, desembocando en un malestar cuyo origen no siempre esta identificado.
En el caso de que te encuentres en alguna de estas situaciones, te ofrezco caminar a tu lado durante un tiempo, conocer tu forma de vida para que entre tu y yo, y desde el respecto por ella, encontremos la forma en que puedas integrar en ti, los dos o más mundos en los cuales te ves o has visto inmers@ al vivir fuera de tu país de origen, o tu comunidad.

¿En qué caso podría yo acompañarte?
- Si sientes ansiedad y confusión ante el nuevo contexto social y cultural.
- Cuando el duelo por lo que has dejado atrás y el choque cultural dificultan tu vida cotidiana.
- Cuando te sientes triste y deprimid@ por la separación de la familia, amigos y entorno habitual.
- Cuando sientes que tienes dificultad en adaptarte y de afrontar tu nuevo proyecto vital.
- Cuando surgen dificultades en la relación de parejas transculturales o mixtas, es decir, formadas por personas de distintas culturas.
- O por estar sufriendo la distancia que hay con tus familiares.
- Porque formas parte de una familia reagrupada y surgen dificultades de convivencia.
- O porque has vivido fuera, y ahora que has vuelto te das cuenta que tienes dificultades para adaptarte de nuevo a tu país de origen
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IDENTIDADES y PERSONAS de TERCERA CULTURA

Las Personas de Tercera Cultura son aquellas que como yo (y puede que tu) se criaron o pasaron la mayor parte de sus años formativos en uno o varios países (ciudades) diferentes al país (o ciudad) de procedencia de sus padres sin llegar a echar raíces en ninguno de ellos; también pueden ser hijos de padres de distintas culturas; o hijos adoptados de culturas diferentes, o personas que han estudiado en el extranjero o en una escuela de idioma diferente a la cultura de origen, etc…
Si eres una Persona de Tercera Cultura (o TCK en inglés):
Puede que tengas una amplitud de mente que te facilita relacionarte con ambientes socio-culturales diferentes y comprenderlos.
Es posible que tengas una gran capacidad de adaptación frente a cambios y circunstancias nuevas que la vita te depara y que respondas mejor frente a las diferentes normas culturales.
Seguramente hablas más de dos idiomas y te sientas “ciudadan@ del mundo”.
Por el otro lado, vivir y criarse en diferentes países o ciudades tiene sus retos. Es posible que arrastres dolores no resueltos ya sea por perdidas y/o traumas. Puede que al moverte de un sitio para otro, has tenido que dejar atrás, personas, afectos, vínculos, lugares y costumbres, para volver a encontrarte en lugares nuevos, para sentirte nuevamente foraster@, nuev@, y/o, a veces, indesead@ a la espera de sentirte nuevamente integrada.
Las heridas no identificadas de este tipo de infancia al arrastrarse en la adultez, pueden generar diferentes tipos de dificultades, como entre otras cosas, dificultad en identificarse, echar raíces, implicarse o vincularse emocionalmente de forma sana, etc.
¿En qué caso podría yo acompañarte?
- Si la pregunta “de donde eres” te genera malestar y te pillas obviando la respuesta, o simplificándola al máximo para no llamar la atención, o porque tu mism@ te preguntas a donde perteneces.
- Si sientes no tener vínculo con ninguna cultura en concreto y con todas en general, ni siquiera con la de los padres, o del pasaporte, y esto te hacer sentir desubicad@ y te conecta con soledad y una melancolía que te cuesta sostener.
- Si te sientes eternamente foraster@, sintiendo que no encajas en ninguna categoría, y eso te lleva aislarte.
- Si sientes que te es difícil mantener las relaciones, y vincularte emocionalmente con personas o proyectos de vida.
- Si sientes que tienes dificultad en manejar tu vida, tus emociones, o tu trabajo o tus afectos.
Te propongo que entre tu y yo, descubramos cuáles son los pilares que te sostienen, te identifican y te conectan con tu pertenencia. Darle sentido a tus vivencias, enraizarte, encontrar tu auto-apoyo y auto-sostén, que te permitan relacionarte con tu entorno desde la confianza y la seguridad de lo que eres.
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Solo cuando acojo la diferencia y la diversidad que hay en mi, puedo acoger la diferencia y la diversidad que hay en el otro, y ser el enlace que facilite y fomente la aceptación y la diversidad en los demás.